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¿Guerra entre huachicoleros? Atentado en Tlaxcala deja heridos y granada sin explotar

La noche del 22 de abril de 2025, la tranquilidad de San Antonio Atotonilco, Tlaxcala, se vio interrumpida por una violenta balacera entre huachicoleros. Un comando armado atacó a dos hombres en un vehículo, dejando casquillos esparcidos y una granada lista para detonar. Este episodio no solo evidencia la creciente inseguridad en la región, sino también las brutales disputas entre grupos delictivos.
Según testigos, los agresores llegaron en al menos cuatro vehículos y abrieron fuego sin previo aviso. Entre los objetos recuperados destacan decenas de balas de distintos calibres y una granada de fragmentación con el seguro activo, evitando una tragedia mayor. Las víctimas, identificadas como Bryan Axel N. y Luis Alberto N., sufrieron impactos en las piernas y fueron trasladadas de emergencia. Pese al operativo policial y militar, los atacantes lograron huir.
Las autoridades sospechan que el blanco era “El Guayabo”, un presunto operador del robo de gas LP en la zona. Este ataque podría estar relacionado con la reciente muerte de Areli N., alias “La Reina del Huachicol”, en Puebla. La lucha por rutas ilegales entre Tlaxcala y Puebla ha recrudecido, dejando un rastro de sangre y enfrentamientos entre bandas rivales.
Este no es un hecho aislado: en marzo, otra balacera sacudió la misma comunidad. La frecuencia de estos eventos sugiere una peligrosa reorganización del crimen organizado en la región.
¿Por qué Tlaxcala y Puebla son focos rojos para los huachicoleros?
Tlaxcala y Puebla son clave en el robo de hidrocarburos debido a su ubicación estratégica. Estas entidades conectan con ductos de Pemex y carreteras principales, facilitando el transporte ilegal de combustible. Además, la presencia de grupos locales y la corrupción han permitido que este delito crezca sin control.
Según expertos, la fragmentación de bandas tras la captura de líderes ha generado guerras internas. Cada célula busca controlar territorios, usando métodos cada vez más violentos. La falta de oportunidades económicas en la región también alimenta el reclutamiento de jóvenes por parte del crimen organizado.
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En 2024, Tlaxcala registró +50% en delitos vinculados al huachicol.
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Pemex reporta pérdidas millonarias anuales por robos en la zona.
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Las bandas usan granadas y armas de alto poder, antes poco comunes.
Las autoridades mantienen operativos en la zona, pero la violencia persiste. Mientras no se ataquen las redes de corrupción y el mercado negro, estos episodios seguirán repitiéndose. La población exige soluciones, pero el temor a represalias silencia muchas voces.